Las prisiones canarias al borde del colapso por falta de personal

LOGO FESP OKAcaip UGT Canarias denuncia la falta de personal en las prisiones canarias, para ser exactos faltan un total de 148 funcionarios. Además,  la mitad de las plazas de médicos o auxiliares de Enfermería que fijan las Relaciones de Puestos de Trabajo (RPT) de Instituciones Penitenciarias siguen sin cubrirse.

Según los datos que se manejan por parte de este sindicato, a fecha de seis de septiembre y según la información proporcionada por la propia administración, no solo falta personal sanitario sino que además destaca la ausencia de ciento cuarenta y ocho trabajadores en todas las áreas; personal de vigilancia interior, fontaneros y cocineros, demandaderos o psicólogos son ejemplos de puestos de trabajo sin cubrir en su totalidad o parcialmente. Esta carencia impide atender adecuadamente a todas las necesidades de un centro penitenciario.

Una de cada tres plazas de personal labora está sin cubrir

La cocina de la prisión ubicada en Sta Cruz de La Palma no cuenta con cocinero desde el pasado mes de septiembre y la Cocina de Tahíche en Lanzarote lleva más de tres años sin contar con un responsable para este puerto. Ante esta situación son los funcionarios de alimentación y los internos destinados en la cocina los que sacan diariamente los racionados alimenticios para la población reclusa. Para ser exactos, las prisiones canarias presentan un 57 % de vacantes de personal de Cocina, desde supervisores hasta trabajadores base.

En las islas se cifra en un 34,72% de estos puestos de trabajo sin cubrir, el caso particular de la prisión Las Palmas II actualmente hay  dos puestos sin cubrir  en el servicios auxiliares, lo que ha provocado que la dirección del centrohaya reasingado las funciones de demandaduría a la trabajadora que ejercía las labores de limpieza de oficinas y servicios comunes. Junto con los funcionarios de la oficina de Gestión Penitenciaria y los de Vigilancia Interior, esta trabajadora reasignada debe colaborar en la gestión del correo que genera y recibe una prisión, tanto el de las personas presas como el que propiamente produce la labor administrativa.

La Covid 19 evidencia la falta de personal sanitario 

La aparición del Covid19 en las islas ha puesto en evidencia la falta de personal sanitario que padecen las prisiones canarias, donde están vacantes el 50% de las plazas de médico y de auxiliar de Enfermería, así como el 25% de los puestos de trabajo de enfermeros. Si desglosamos la situación por centros, podemos comprobar que el centro penitenciario de Sta. Cruz de La Palma se ha quedado sin médico este año por jubilación y debe pasar consulta un facultativo externo tres días a la semana. Las urgencias clínicas y la actividad asistencial sanitaria diaria la debe atender la única enfermera con la que cuenta la prisión palmera.

Cerca del colapso está la enfermería de la prisión de Tahíche en Lanzarote donde el servicio sanitario está compuesto por tres médicos contratados, uno de ellos por horas, una enfermera en comisión de servicios y dos auxiliares también con un vínculo temporal. A día de hoy el personal propio del centro se encuentra de baja laboral y han solicitando y obtenido destino en otros centros. Esta inadecuada planificación de la prestación sanitaria, qha  derivado en unas muy adversas condiciones de trabajo de un servicio que debe ser prestado todos los días del año. 

A la situación de falta de profesionales que padece el personal sanitario en las cárceles españolas y que produce una devaluación tanto de la labor asistencial como de sus condiciones de trabajo, debemos añadir el maltrato laboral al que se ven sometidos los facultativos de reciente ingreso en Instituciones Penitenciarias, con periodos de prácticas que superan en más de veintidós meses el tiempo legalmente estipulado. 

El área de vigilancia pesenta unas plantillas muy cortas en los centros de nueva creación

Paradógicamente el servicio de vigilancia interior del archipiélago presenta unas carencias de personal inferiores a las prisiones peninsulares debido a los cuarenta y seis años de media de edad de los profesionales penitenciarios , circunstancia que hace que las jubilaciones entre las plantillas sean menores. Sin embargo, los centros canarios tienen sesenta y cinco plazas vacantes de vigilancia interior y el centro penitenciario de Las Palmas II necesita ampliar los efectivos de su relación de puestos de trabajo. Una ampliación que se estima en más de cincuenta trabajadores para poder cometer de forma real la labor de rehabilitación y custodia que tienen encomendada los funcionarios penitenciarios.

Por todo ello, el sindicato ACAIP-UGT, mayoritario en prisiones, sigue insistiendo en la necesidad de una Oferta Pública de Empleo (OPE) que logre paliar el desmantelamiento que en medios humanos sufren las cárceles españolas donde sólo de personal funcionario existen tres mil cincuenta y nueve vacantes sin cubrir a día de hoy.

 

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